Viernes 18 de enero de 2013

A 40 años del fallecimiento del fundador de la Universidad

A 40 años del fallecimiento del fundador de la Universidad

Es que víctima de un accidente rutero acaecido esa fecha de hace 40 años encontraba la muerte, a los 51 años de edad, en plena gestión apasionada a favor de la Universidad de Tandil que creara, lúcida simiente de la actual Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

     El hecho fue mucho más que un duro golpe a discípulos, docentes y estudiantes, desde que también sacudiera con idéntica intensidad al pueblo serrano todo que tanto lo respetara y admirara.

      Pero tal cual como sucede con las figuras que ponen en práctica el talento al servicio del semejante, aquel ideario zariniano que fundara una Universidad despertó en sus seguidores una contagiosa lucha continua volcada al avance de los claustros. Nada se detuvo. Todo continuó adelante.

     En esas mismas entrañas del agradecido sentimiento histórico el espíritu popular aún conserva el eco de los conceptos proféticos de su discurso durante aquella inolvidable asamblea pública creadora de los estudios universitarios.

    Decía Zarini entre tantas otras cosas, el 30 de mayo de 1964, ante la ansiosa imaginación de gente de todos los segmentos sociales apiñada en el Salón Blanco municipal y aledaños: “...seguiremos con una acción que siempre reviva, que siempre se transforme, que vaya adelante, despacio, pero con una seguridad de rumbo y con una persistencia e igualdad de marcha que revitalizará todos los intentos”.

   No se equivocó el maestro. Su antorcha, que pasara, mano tras mano, por las generaciones que supieron responder a su fantástica herencia, continúa vigente en la Universidad actual, consecuencia espléndida de su pasión educadora.

    Días pasados, en oportunidad del discurso de asunción de su nuevo mandato por cuatro años el Rector, Roberto Tassara, dedicaba una cita a Zarini. “Esta Universidad de sólo treinta y siete años como universidad publica y de cuarenta y ocho años desde su primera creación, en Tandil, como ejemplo de universidad comunitaria tiene hoy estas dimensiones y este posicionamiento”, señalaba tras citar cifras elocuentes de su permanente crecimiento humano, físico y académico.

    “Ojalá durante estos tiempos – decía el Rector --hayamos cumplido y quizá superado las expectativas con que Osvaldo Zarini iniciara los estudios universitarios en 1964. El memorial que, en el Campus, lo recuerda como fundador dice: “Por los frutos los conoceréis”. Estos frutos de hoy, producto de aquella semilla del sesenta y cuatro son fecundos. Fecundidad posible por la calidad, el esfuerzo y el compromiso de toda la familia universitaria, la que habitó y habita nuestra casa. Gracias entonces al creador y a todos los que regaron de trabajo todos estos años”.

   Sí, vale la pena aceptar la reflexión a la que invita la efemérides de hoy. Y hasta aceptar el desafío de algo que también imaginaba el maestro Zarini: que Tandil fuera una ciudad universitaria, y no sólo una ciudad con Universidad. El sabio paso del tiempo lo dirá.

 

Carlos Iparraguirre (Prensa Unicen)