Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria: el doctor Carlos Lanusse recibió el diploma que lo acredita Académico de Número
La Academia Nacional de Agronomía y Ciencias Veterinarias entregó el diploma que lo designa Miembro Académico de Número de esa entidad de excelencia al doctor Carlos Lanusse, calificado integrante de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
El nombramiento, nada común para un investigador de sólo 50 años de edad, que ni bien conocido llenara de satisfacción a la comunidad universitaria local y de la región desde que la impulsa y enaltece, quedó certificado el día 14 del actual en la Capital Federal.
En una sesión plenaria encabezada por el presidente de la Academia, doctor Carlos Octavio Scoppa, el actual investigador que lidera el laboratorio de Farmacología Experimental en el Campus y es, desde hace años, referente internacional en farmacología antiparasitaria, fue presentado a los académicos por el miembro doctor Eduardo Gimeno.
Fundamentos de la incorporación
Dijo, entonces, el padrino presentador:
-- Siguiendo la tradición de las Academias Nacionales, el Dr. Carlos Edmundo Lanusse, ha designado un padrino para su incorporación Académica y yo he sido el elegido. Esa designación, que me honra profundamente, fue una verdadera sorpresa para mí: desde hace algunos años siento una profunda admiración por la obra, rectitud y capacidad de trabajo de Carlos Lanusse. Si bien soy de una generación anterior a la suya, no me avergüenza reconocer que me ha enseñado muchas cosas en las numerosas comisiones de evaluación y de gestión científico – académica en las que hemos participado juntos.
El Dr. Lanusse cumple acabadamente con los requisitos que tradicionalmente son requeridos para la designación como Académico: posee concepto público de moralidad intachable, ostenta una descollante hoja científica como docente universitario e investigador, ha dado sobradas muestras de altruismo personal y es de convivencia amable.
Nació en 1959 en Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires, y cursó estudios secundarios en Orense. Se graduó como Médico Veterinario en 1982, a los 22 años de edad, en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires con Medalla de Oro al mejor promedio de su promoción.
Cuatro años después recibía su Doctorado en Ciencias Veterinarias en la Universidad Nacional de La Plata y en 1991 obtenía el grado de “Doctor of Philosophy (PhD)” en la Universidad McGill en Montreal, Canadá. Completó su especialización en el año 2000 obteniendo el Diploma del “European College of Veterinary Pharmacology and Toxicology”.
Durante su formación obtuvo varias becas de universidades del país y del exterior (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Universidad Nacional de La Plata y Universidad McGill de Canadá), del CONICET y de la Fundación Antorchas.
Su carrera docente comenzó en 1981 como Ayudante Alumno, accedió a todas las categorías, muchas veces por concurso, hasta llegar a Profesor Titular de Farmacología en 1997. Además ha realizado una proficua labor nacional e internacional en docencia de postgrado.
Carrera de investigador
Ingresó como Investigador Adjunto al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en 1995, fue promovido a Investigador Independiente en 2001 y a Investigador Principal en 2005.
Su notable trayectoria como investigador se encuentra reflejada en más de 150 trabajos publicados, la mayoría de ellos en revistas de alto impacto de su especialidad; 28 capítulos de libros y 280 presentaciones en reuniones científicas. Seguramente hemos escuchado reiteradamente aquello de que “los números dominan al mundo”. Los indicadores bibliométricos que hoy están disponibles (Quad Search, Scopus, etc) le quitan el sueño a más de un investigador. No es el caso de Carlos Lanusse: sus trabajos han sido citados más de 1400 veces por investigadores de todo el mundo, esto es una evidencia inequívoca de la importancia de sus resultados científicos. Si entramos al buscador de INTERNET más empleado en este momento (Google) y escribimos “Lanusse - Parasitology” aparecerán 4.300 sitios; escribiendo “Lanusse – Pharmacology” se ofrecerán 3.910 sitios.
En ellos – continuó Gimeno -- podemos acceder fácilmente a toda la obra de Carlos y de su grupo: trabajos en revistas nacionales e internacionales, comunicaciones en congresos, conferencias, manuales, etc. Este acceso fácil y rápido a la información científica pone fin a la vieja discusión si hay que priorizar las publicaciones en el país o en el exterior: cualquier persona interesada accede desde los rincones más remotos a los últimos avances del conocimiento.
La mayor contribución
Pero la mayor contribución del Dr. Lanusse reside, en mi opinión, en la formación de recursos humanos: ha dirigido y dirige numerosos becarios y tesistas, muchos de ellos destacados y que se han incorporado a la Carrera del Investigador del CONICET o a otras instituciones del sistema científico del país.
A su regreso de Canadá en 1992, Lanusse comenzó a organizar un equipo de investigación, orientado primariamente al desarrollo de un Laboratorio de Farmacología Veterinaria en la FCV, UNCPBA, con especial énfasis en la formación de recursos humanos en el área específica y en otras relacionadas. Los resultados en tres lustros son altamente destacables: en la actualidad trabajan en su equipo más de 20 personas estables entre investigadores, becarios, doctorandos, etc.; en su “segunda línea” encontramos 5 investigadores del CONICET y, bueno es destacarlo, en esa “segunda línea” hay varios investigadores “de primera” lo que explica en buena medida por qué el grupo ha llegado a ocupar en pocos años un reconocido sitio de liderazgo mundial dentro de la "Farmacología de las Drogas Antiparasitarias". Ha recibido el aporte de la UNCPBA, y de diversas de instituciones de ciencia y tecnología nacionales e internacionales.
Productivo laboratorio
Gracias a los esfuerzos y logros del grupo, la UNCPBA tiene en el Campus Universitario de Tandil uno de los laboratorios de Farmacología Veterinaria mejor equipados y más productivos de Latinoamérica, que es Centro de Referencia internacional en la disciplina.
A lo largo de su carrera ha cosechado más de treinta premios y distinciones, entre ellas el Premio Houssay como Investigador Consolidado en 2003 otorgado por la SECyT y el Premio Bayer 2005 otorgado por la ANAV.
Esta síntesis intenta resaltar la gran capacidad de trabajo, sólida trayectoria y potencial del Dr. Carlos Edmundo Lanusse. Llega a la Academia a los 50 años de edad, después de haber cumplido una brillante trayectoria pero con mucho camino aún por recorrer.
Podríamos seguir durante horas exaltando las realizaciones de Carlos Lanusse en el terreno científico y en la carrera docente. Y aún nos quedarían por analizar sus logros destacados en otros ámbitos que, aunque no figuren en su hoja de vida, son ampliamente conocidos en toda la provincia, como por ejemplo sus éxitos como básquetbolista y como dirigente deportivo.
Felicitamos al Dr. Lanusse y a su grupo de trabajo; felicitamos también a su familia por el apoyo que le han brindado en todos estos años a un hijo, esposo y padre enfrascado en largas horas de laboratorio y en infinidad de viajes. También a las Autoridades de la Facultad y de la Universidad, y a toda la comunidad universitaria de Tandil y del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
“En nombre de la Academia – concluyó el Padrino -- tengo el honor y el placer de dar la bienvenida al Dr. Carlos Edmundo Lanusse a nuestra centenaria corporación”.
El muchacho de acá a la vuelta
Se oyó en un kiosco metálico de la avenida Bolívar: – Acá está su diario, señora. Fíjese, una noticia dice que Lanusse, el muchacho de la esquina, recibió de gente de Buenos Aires un premio bárbaro, pero no de basquet eh…sino científico…-- No…no puede ser algo tan importante, será por otra cosa… ese tipo es Carlitos …
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Los 50 años de Carlos Lanusse, hijo de Orense y tandilense por carrera y gusto, vibraron como nunca el lunes de la premiación. El elegido Miembro de Número por la Academia Nacional cambió la chaqueta laboral por saco blanco y corbata, viajó a Buenos Aires, entró a la Academia, regaló sonrisas a raudales, besó a familiares, abrazó colegas, agradeció a académicos y se sentó en la primera fila ante el estrado, igual que cuando ocupaba el primer banco en la Escuela de su pueblo natal.
Allí, mil imágenes recorrieron los barrios de su privilegiado cerebro. De cuando egresó en su pueblo, llegó a Tandil, se recibió de médico veterinario en el ´82; se doctoró por primera vez en La Plata 4 años después; se fue a la canadiense Montreal para merecer el PHD, su segundo doctorado, y regresar a Tandil en el ´92 para quedarse, no sin seguir haciendo viaje tras viaje de perfeccionamiento y recibir otras distinciones.
Al galope, las imágenes añadieron las alegrías del casamiento con la tandilense Diana Lan, el nacimiento de los hijos Nazareno hace 19 años en el lejano Canadá, Lautaro (16) y Simón Pedro (13) ambos tandilenses, de cuando les enseñaba a tirar al aro y hasta recordó qué harían, en ese momento, sus compañeros de subcomisión del club Independiente. Un desfile íntimo tan completo como silencioso.
No sin gran esfuerzo, su modestia pudo tolerar los elogios quizá sin precedentes en la historia de la Unicen que dirigiera su padrinazgo académico ante la eximia jerarquía en la materia.
Al finalizar, apretando la emoción, el dueño de esa jornada inolvidable dejó la primera fila para pasar al estrado. Premio en mano, agradeció y agradeció mediante reflexiones personales impregnadas de pluralismo. Casi nunca un “yo”, casi siempre un “nosotros”.
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Se siguió oyendo en el mismo kiosco: -- Sí señora, es como le digo, convénzase, hace rato que es un investigador de primera… mire… acá está en la foto. – Ajá…tiene razón, es Carlitos, el que vive a la vuelta de casa. Parece mentira, nunca lo imaginé… es un muchacho tan simple…