Jueves 28 de agosto de 2014

Adultos Mayores recorrieron San Serapio Mártir del Arroyo Azul

Adultos Mayores recorrieron San Serapio Mártir del Arroyo Azul

En el marco  del Programa Universidad para Adultos Mayores, dependiente de la Universidad Nacional del Centro, a través del Taller “Arte, Inmigración y Tandil”, coordinado por la Profesora María de los Ángeles Pagola, se realizó la visita a la ciudad San Serapio Mártir del Arroyo Azul, el día 22 de agosto del corriente.

Se eligió la ciudad de “Azul” (como se le dice vulgarmente) por su riqueza cultural, que va desde lo precolombino hasta hoy. Y su importante inmigración, también, desde tiempos precolombinos a las primeras décadas del siglo XX.

Ciudad fundada sobre la base de un Fuerte de avanzada, en la época del Gobernador Juan Manuel de Rosas.

Pedro Burgos, enviado por el gobernador, fue quién fundó el fuerte. Tomando para ello, la importancia de los cursos de ríos que surcaban el lugar. Donde ya se habían entregado algunas tierras en enfiteusis.

Comenzamos el paseo, circulando por la extensa Avda. Mitre y Avda. 25 de mayo. Para acercarnos al Cementerio Municipal. Que cuenta con un frente de una solemnidad y magnificencia increíble. Considerando, que fue construido en el momento que dicho lugar quedaba en las afueras de la incipiente ciudad, y a su vez solo había casa bajas en su cercanía. La escultura que se encuentra en su frente, fue pensada por el arquitecto Francisco Salamone. Es una estructura gigantesca: un ángel de rasgos y alas facetados ubicado en la parte superior, secundado por tres rocas en relieve que representan las iniciales del réquiem cristiano, R.I.P. (Requiescat In Pace), muestra un carácter amenazante y decididamente dramático. La corriente artística es el racionalismo; simplificación de la imagen y mínimo de ornamentación son sus claves.

Dejando atrás nuestro ángel, nos dirigimos al Boulevard Bolívar. Una serie de cuadras, acompañadas por las casas más bellas de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Hermosas, pequeñas mansiones de la pampa, construidas en un eclecticismo, que va desde el italianizante al francés. Que demuestran la riqueza de esta ciudad por aquellas décadas, además de darnos la información sobre las comunidades de inmigrantes que se destacaron. Azul contó con familias de pueblos originarios que ya estaban en el lugar (no olvidemos a los Catriel), criollos, vascos (franceses y españoles) y franceses.

Un almuerzo, frugal, algunos, y no tanto otros. Partimos al Museo Etnográfico Enrique Squirru. Edificio antiguo, que data de 1848, en estilo neocolonial. Posee una atractiva, y casi única, colección de platería mapuche. De gran calidad estética, finura y elegancia. También, exponentes de tejeduría mapuche. Donde el buen gusto en la combinación de los colores, alterna con las fibras y otros materiales usados en su elaboración. El Museo cuenta con variedad de otros objetos, desde ajuares de novia, pulpería, espadas, cuchillería, objetos de tocador, colección de mates, etc. Muy interesante la propuesta.

A menos de dos cuadras, se encuentra Casa Ronco. Legado del Dr. Bartolomé Ronco, donado por su esposa en 1985. Cuenta con colecciones de los primeros diarios de la ciudad, del “Eco de Azul” y de numerosos libros de la cultura nacional e internacional. Es poseedora de la colección más completa, fuera de España, de obras de “El Quijote”. Esta un ejemplar de la primera edición, el más chiquito, en japonés, en euskera, en hebreo. No podemos olvidar que cuenta con la otra gran colección: el “Martín Fierro”, traducido en varios idiomas, también.

Caminamos, bajo una llovizna que nos acompañó todo el día, hasta la Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario”. Construida en 1906, sobre las construcciones de las dos primeras capillas del lugar. Sobre el altar se encuentra una imagen de la patrona de la ciudad y de la cual el templo lleva su nombre. Dicha imagen fue traída de Italia en 1863. El templo responde a la corriente arquitectónica neogótica. Muy bello e imponente. Tanto por fuera como por dentro. Finalizando la visita, volvimos a nuestra ciudad, en un viaje sumamente tranquilo y cómodo.-