Comunicado del Área de Políticas de Género de la UNICEN en el marco del Paro Internacional Transfeminista.
En lucha por la universidad pública,
En alerta frente a políticas totalitarias y violentas,
En las calles y las aulas para defender la democracia.
Desde el Área de Políticas de Género de la UNICEN, consideramos que las mujeres y disidencias forman parte de la historia de los movimientos que han luchado por mejorar las condiciones de vida, a través de la demanda de ampliación de derechos y de ciudadanía. Este 8M volvemos a remarcar la necesidad del encuentro colectivo como estrategia de lucha y convocamos a la participación en las marchas, porque la toma de las calles ha sido central no sólo para visibilizar nuestros reclamos, sino para recuperar el espacio público, que nos ha sido vedado durante siglos.
Las feministas somos protagonistas del Paro Internacional Transfeminista y nos reconocemos sus hacedoras, habiendo movilizado los procesos que confluyen en esta jornada: luchas, reclamos, derrotas, marchas, abrazos, reivindicaciones. En esta larga historia, nos reconocemos protagonistas imprescindibles de la enorme agenda de derechos conquistados.
Los feminismos y los movimientos sexodisidentes supieron diseñar espacios sororos, reconociendo la politicidad en los vínculos; le pusieron nombre a las violencias naturalizadas por años y les dijeron basta. Como mujeres y disidencias aprendimos a contener y a acompañar cuando no había leyes que nos resguardaban y es ese el ejercicio que no nos quita ningún gobierno. La práctica de la ronda, de la palabra que circula, de la confianza, la práctica de reconocernos compañeres de viaje.
Descubrimos la alegría del encuentro y lo insustituible de la escucha feminista. Debatimos escapando de consensos fáciles y esa fue y es la táctica que nos construyó como sujetxs políticos con enorme potencial para interrumpir inercias injustas y conservadoras en cada uno de los espacios y territorios que habitamos. Esta multiplicidad de voces, habilitó una trama de debates que nos permitieron el diálogo global, del que también es parte y consecuencia, este VIII Paro Internacional Transfeminista.
Las universidades públicas estamos comprometidas con la defensa de los derechos humanos y desde hace algunos años nos hemos dado herramientas para combatir discursos y prácticas machistas y violentas que aún persisten. La creación de la Red Interuniversitaria por la Igualdad y contra las violencias -RUGE-, significó la cohesión de un compromiso en la construcción de instituciones de ciencia y educación superior más inclusivas de las mujeres y las disidencias sexo-genéricas.
La creación de secretarías, áreas y protocolos de abordaje al interior de las universidades, es parte del derrotero histórico de las luchas por vidas libres de violencias. El Área de Políticas de Género de la UNICEN es producto de estas luchas y se ha institucionalizado como un espacio de problematización y abordaje de la desigualdad y las violencias por motivos de género en el espacio propio de la universidad.
Más allá de este camino de luchas, las mujeres y disidencias universitarias seguimos enfrentando desigualdades, algunas relacionadas con la estructura jerárquica y androcéntrica aún vigente en las instituciones y muchas otras basadas en el desigual uso del tiempo respecto de las masculinidades, y en la doble/triple jornada de trabajo, al sostener las tareas de cuidado y la organización de la integralidad de la vida familiar. Este 8M retomamos la crítica a los estereotipos de género que refuerzan desigualdades tanto en los espacios cotidianos como en la vida laboral.
Aún vivimos en un mundo social e institucional que sostiene rasgos sexistas, androcéntrios y jerárquicos. Por eso y contra eso, sabemos habitar la incomodidad de tensionarlo todo, a veces con sólo nuestra mirada o nuestra opinión. A veces con millones de firmas hasta conseguir una Ley o hasta lograr la más larga e interclasista experiencia pedagógica, como fue el profundo debate por el aborto legal, que se impuso en la sociedad y que nos permitió decir Mi cuerpo es mío.
Reconocer el cuerpo como territorio autónomo, fue un aprendizaje que creció con el ejercicio de la defensa de los territorios y de la necesidad de revisar nuestros vínculos, con lxs otros y también con los recursos del planeta. Decimos basta a los vínculos violentos y extractivistas.
Este año el Paro del 8M nos encuentra en Argentina, con un profundo proceso de crecimiento de la pobreza, que sabemos generizada, en tanto afecta de manera desproporcionada a las mujeres y disidencias.
Muches están enfrentando situaciones de pérdida del trabajo y gran parte de la sociedad afronta parte de su vida sin contención institucional, a partir de la reducción de políticas públicas, base del modelo de estado conservador y totalitario impulsado por el actual gobierno.
En este Paro Internacional Transfeminista salimos a la calle en defensa de nuestros derechos laborales, para exigir la continuidad de políticas públicas de salud y educación, contra el achicamiento presupuestario para la cultura, la comunicación y la ciencia públicas.
Desde el Área de Políticas de Género convocamos a las mujeres y las disidencias de UNICEN al PARO en defensa de la educación laica y pública, por una universidad inclusiva e igualitaria, para seguir construyendo una sociedad libre de violencias y en defensa de las instituciones democráticas.
este comunicado cuenta con el apoyo del Foro de Rectoras y Vicerrectoras de las Universidades Públicas del Consejo Interuniversitario Nacional.