Martes 24 de junio de 2014
Tandil

Destacan a PLADEMA por desarrollos en realidad virtual aplicada

Destacan a PLADEMA por desarrollos en realidad virtual aplicada

La Subsecretaría de Políticas Universitarias destacó avances científicos en el marco de una entrevista realizada a Marcelo Venere, subdirector del instituto de alta tecnología informática PLADEMA y secretario de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Cuenta sobre el proyecto de Realidad Virtual aplicada CAVE, su potencial y sus posibles utilizaciones en distintos ámbitos.

-¿En qué consiste el proyecto, cómo se construye una CAVE (Computer Aided Virtual Environment)

Una CAVE es un entorno del tamaño de una habitación, donde las paredes, piso y techo son pantallas sobre las que se proyecta la visual de un ambiente virtual generado 100% por computadoras. Es posible incluso realizar esta proyección en la misma forma que en un televisor 3D, es decir dos imágenes estereoscópicas que sincronizadas con lentes adecuados, nos da la sensación de que salen de la pantalla, con lo cual la sensación de inmersión es la más completa que se puede lograr.

La complejidad de una instalación de este tipo es que se debe sincronizar hasta 10 vistas simultáneamente, cada una de las cuales requiere un procesamiento gráfico importante y en tiempo real.

- ¿En qué ámbitos puede impactar la aplicación concreta de Realidad Virtual?

La principal aplicación de Realidad Virtual ha sido y continúa siendo la capacitación de operarios. De hecho este concepto nació con los simuladores de vuelo, donde se entrenaba a los pilotos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Hoy podemos ver simuladores de capacitación con altísima calidad en todo tipo de áreas, tal como el recientemente desarrollado en nuestro Instituto para retroexcavadoras. Estos entornos virtuales son sumamente específicos, involucrando los mismos controles que se utilizan en el equipo real. O sea, no se puede utilizar un simulador de camión para capacitar a un conductor de cosechadora. La CAVE en cambio es una herramienta de realidad virtual de propósito general.

- ¿Por qué el proyecto se realiza en la UNICEN? ¿Con qué capacidades técnicas y operativas cuenta la universidad?

La Universidad Nacional de Centro de la Provincia de Buenos Aires cuenta con una de las carreras de Informática más reconocidas de Argentina. En este ámbito se han consolidado tres Institutos de Investigación, uno de los cuales (PLADEMA) es líder en temas de Computación Gráfica. Creo es natural que el desarrollo de la primer CAVE que se construirá en Argentina haya recaído en este Instituto.

- ¿Qué disciplinas, profesionales y estudiantes intervienen en la puesta en marcha?

El valor agregado es el know how para sincronizar varias computadoras trabajando concurrentemente para modelar un escenario virtual complejo. Esto requiere conocimientos en el área de computación gráfica, hardware gráfico, sistemas de tiempo real y modelado computacional. Además para dar realismo a un entorno virtual, hacen falta muchas horas de trabajo de diseñadores gráficos. Estos conocimientos sofisticados los tienen los estudiantes de la universidad y los investigadores de PLADEMA.

El costo de una CAVE comprada “llave en mano” oscila hoy entre los 2 a 10 millones de dólares y solo hay un par de empresas en el mundo que la ofrecen. Nosotros pensamos construirla con solo 500,000 $ (pesos, no dólares…). Básicamente este es el costo de los componentes (computadoras y proyectores).

- ¿Qué importancia le da al hecho de que el Estado intervenga en la financiación a desarrollos de este tipo en Universidades Nacionales?

Me parece fundamental el rol del Estado con acciones de este tipo. Es la forma de incentivar a que ocurran cosas. Posiblemente grandes empresas como las petroleras o automotrices deberían haber construido facilidades como esta, como lo hizo Petrobras en Brasil, pero ante esa inacción es importante que el Estado lo haga. Una vez que vean las potencialidades con aplicaciones concretas, seguramente se sumarán al proyecto, querrán tener sus propias CAVEs y no se quedarán atrás tecnológicamente.

-¿Existen futuros proyectos de estas características a desarrollarse en el ámbito universitario?

Nosotros estamos llenos de proyectos! Aspiramos a tener en Tandil una verdadera fábrica de simuladores para capacitar operarios de todo tipo: máquinas, camiones, barcos, aviones, trenes, grúas, cosechadoras e incluso queremos incursionar en simuladores de cirugía para operaciones de tipo lamparoscópicas o de cateterismo. Hoy estos simuladores no están tan extendidos, pero en el futuro cercano serán de uso corriente y queremos estar ahí, participando de su implementación en nuestro entorno.

También estamos trabajando en el procesamiento de imágenes digitales para poder interpretar lo que ocurre en un stream de video y generar aplicaciones para las miles de cámaras que se instalan hoy en día en las calles. Creemos que esto tendrá un gran impacto en temas como el de seguridad u ordenamiento del tránsito por ejemplo.

Y lo que al menos yo siento como el mayor desafío: lograr articular acciones y desarrollos entre las empresas locales y nuestros investigadores para generar nuevos productos que se puedan comercializar en el mundo. Las investigaciones pueden tener mayor o menor impacto en la sociedad, pero para que tengan verdadera trascendencia deben ser tomadas por las empresas y comercializadas para que lleguen a la mayor cantidad de usuarios posible. Esto claramente no lo podemos hacer los investigadores.

(Fuente, Subsecretaría de Políticas Universitarias)