Viernes 17 de diciembre de 2021
Tandil

Dorita, la enfermera del aguante que no se quedó en casa

Dorita, la enfermera del aguante que no se quedó en casa

 “Este es el aguante. Hasta yo lo ví. Decimelo a mí. Este es el aguante. Consideralo. Este es el aguante”, canta Charly García y la que protagoniza la popular canción ahora en esa pantalla que se genera cada día delante de nosotros y de nosotras sin la estructura del guión, con la belleza del acto espontáneo y sencillo, es Dora Julia de Los Santos. Es, en verdad, Dorita, la dama que cultiva el sutil encanto de la delicadeza, de los modales cordiales y de la protección de los demás, que, por su arte de amar la vida, se transforman en los suyos.

 “Qué querés que te diga. Estoy feliz, re chocha con mi trabajo”, dice con la boca lo que su sonrisa anticipa y luego pide un minuto porque tiene que proteger a un compañero recomendándole que con el barbijo también se tape la nariz.

No es nueva su vocación por la salud y el bienestar de su comunidad. Medía menos de un metro cuando en su natal La Madrid la ilusión de ser enfermera hizo nido en sus sueños. “Realmente, no sé bien por qué. En casa no había nadie del gremio, pero yo repetía que de grande sería lo que finalmente logré gracias al estudio o mujer policía”, cuenta.

En 1993 una compañera se enfermó y eso originó que ingresara a la Universidad Nacional del Centro, su segunda casa. “Recuerdo que el que me incorporó al Departamento de Salud fue el doctor Nicolini. Estuve diez años en el campus, donde la pasé muy bien con todos y después vine a Pinto y Chacabuco, de donde también me van a quedar hermosos recuerdos”, narra.

Cada etapa de su profesión trajo nuevos desafíos, pero, sin dudas, el tiempo de cuarentena por la pandemia la marcó a fuego. Es que no solo dijo presente en el Pinto y Chacabuco, cuando el lema era “quédate en casa”. Además, fue parte de las guardias que se montaron en las entradas a Tandil junto a un equipo de agentes sanitarios. “Pasamos momentos muy difíciles. En la ruta estuve durante 6 meses. Ahí algunos colaboraban, pero otros no. No tuvimos el apoyo adecuado del Municipio. No nos dieron barbijos, ni equipos de lluvia, pero con ganas sacamos la situación adelante y prestamos un buen servicio”, recuerda y más adelante enfatiza que “si todos nos ayudamos, entre todos vamos a salir adelante”, una frase que parece que es de cabecera para ella, la mujer con 25 años de trayectoria que mantiene viva la llama de la pasión como el primer día.

Texto y fotografía: Lic. Alejandro Latorre. Prensa Unicén.