Martes 29 de septiembre de 2009

Historiador recupera las primeras crónicas viajeras de lo que, más tarde, sería Tandil

Historiador recupera las primeras crónicas viajeras de lo que, más tarde, sería Tandil

El profesor Daniel Argemi, graduado en la UNICEN, cuenta como el trabajo de diez años se plasmó en “Historia Integral de Tandil”, ambiciosa obra que retoma las crónicas de un pago chico pero sin desatender la conformación del Estado Nacional y a Buenos Aires como unidad administrativa y política.

Pensar que la piedra del cordón serrano era utilizada hace siglos por los aborígenes de la región como elemento técnico productivo en sus corralones de piedra, para el apartado de hacienda, y que ese mismo elemento de la naturaleza hoy atraviesa una fuerte puja, por cuestiones ambientales, políticas y empresariales, puede resultar antojadizo pero interesante.
En “Orígenes de la Nación y del pago chico”, primer libro de los siete que integran la obra “Historia Integral de Tandil”, el historiador graduado en la Universidad Nacional del Centro Daniel Argemi recupera esas primeras crónicas viajeras que describen lo que sería, mucho más tarde, la conformación de Tandil.
Es, en realidad, la confluencia de una diversidad de fuentes informativas ya aportadas por otros historiadores locales y textos dispersos, pero con una pretensión particular: no es una historia más, sino que con rigor académico fusiona la historia de la ciudad con la de la Provincia, la de la Nación, y con el resto del mundo.
El primer tomo abarca desde 1760 hasta 1819. “En 1760 se conforma el Virreinato de La Plata, pero hay una historia detrás y por eso la idea poder ver cosas sucedieron que llevaron a la Corona Española a fundarlo. Y 1819 porque es un corte en la historia nacional en dónde aparecen autonomías provinciales y un proyecto centralista, impulsado desde Buenos Aires cae" explicó Argeri, al evaluar la temporalidad de esta primera entrega.
- ¿Con qué fuentes informativas trabajó para elaborar esta publicación integral en siete tomos?
- La idea es rescatar los hechos desde las fuentes. Entonces se trabajó con libros editados, de viajeros y cronistas de la época que están citados, visitas al Archivo General de la Nación, al de Provincia de Buenos Aires, al Municipal, y también la idea es ver la formación de la Iglesia.
- ¿Qué peso tiene lo religioso en esa instancia?
- Lo religioso tiene muchísima importancia en la vida cotidiana, sobre todo en ciertas épocas. Por eso hay información del Archivo del Arzobispado de Buenos Aires, archivos parroquiales hasta de Tandil, para tratar de reconstruir la historia de la Iglesia. En cada capítulo hay un título dedicado exclusivamente al tema, para saber como va evolucionando la Iglesia con la misma mirada: lo local, provincia de Buenos Aires, la nacional y ver también las encíclicas del Papado, siempre estableciendo esas relaciones. La opinión de la Iglesia y del sacerdote era muy importante en lo cotidiano.
- ¿Qué lugar le toca a la región que luego sería Tandil en esta etapa de conformación?
- En este primer tomo se plantea cuales son las expediciones que recorrieron esta zona, que encontraron los cronistas que visitaban lo que luego sería Tandil y, sobre todo, qué comunidades indígenas vivían y como se relacionaban entre ellas: como era su economía y su vida. Eso es lo que aparece durante la conformación del Estado Nacional y en el marco de la ocupación territorial de lo que vamos a llamar provincia de Buenos Aires. El segundo volumen si estará dedicado a la fundación, los primeros cronistas que recorren Tandil y habrá más información de la historia lugareña.
- Y qué le llamó más la atención de esos primeros relatos en nuestro territorio …
- Ya el aprovechamiento de las riquezas naturales. Como este ambiente serrano en una pampa llana, casi, llama poderosamente la atención. Como existía un aprovechamiento de los indios, por ejemplo a través de los corrales de piedra. Porque ya hay cronistas que hablan en 1700 de unos ciertos corrales que hay acá en esta zona, que parecen en un expediente judicial de Córdoba. Aparece como los indios serranos aprovechaban la ganadería, la recolección de la zona, y como tenían organizada su vida organizada a partir de una migración semipermanente…
- Es decir que se trasladaban a otras regiones por cuestiones climáticas y productivas…
- Tenían determinados puntos donde se establecían y sea invierno o verano migraban de acá a la costa o a otros lugares de la provincia aprovechando los pastos, la aguada, etc. Eso me llamó la atención en el sentido de que ya es desde entonces una zona que atrae, una región que al hombre le brinda un montón de oportunidades de instalarse…
- Aún hoy hay vestigios de los corrales de piedra, ¿para qué lo usaba concretamente quien habitaba acá?
- Lo usaban para engordar ganado. Había todo un sistema de traslado de ganado a Chile. En general lo sacaban de esta zona y lo vendía ahí a los ganaderos chilenos que estaban haciendo sus haciendas y eso era lo que necesitaban. Lo necesitaban porque no había posibilidad de crecimiento reproductivo en Chile como para generar un rodeo importante. Y el ganado que llevaban los indios era barato, porque lo intercambiaban no tanto por dinero sino por harina, tabaco, y justamente había un camino establecido denominado la rastrillada de los chilenos. Partía desde la zona del Río Salado, Tandil era una zona donde se ponía el ganado a invernar para recuperar un poco el peso, se seguía hacia el sur hacia la línea del Alto Valle, y se cruzaba la Cordillera de los Andes por el sur de Chile para venderlo a los ganadores.
- Todo eso con límites geográficos y de propiedad aún muy difusos…
- Era ganado que estaba libre, que no tenía dueño, o a veces se sacaba o se quitaba de las estancias, con la particularidad de un territorio bonaerense que no tenía límites naturales. Entonces el ganado vagaba libremente de un lado a otro.

“Era el territorio a conquistar”

- ¿Qué diferencias en aquel clima de época nacional con estos relatos iniciales?
- Tiene diferencias porque esta es una zona a conquistar. El proyecto era conquistar una tierra que tiene un gran potencial económico, pero que está en manos de los indios. Entonces básicamente para tratar con ellos hay dos posturas inclusive desde la época colonial: una es tratar de asimilarlos a la cultura de los blancos, con algún intento de evangelización como lo hacen los Jesuitas en esta zona; y después lisa y llanamente la conquista militar, con el exterminio. Esas dos posturas están permanentemente en juego a lo largo de todos los gobiernos: los coloniales, los criollos, los provinciales. Cada uno de los viajeros marca la potencialidad agrícola, ganadera, etc.