Lunes 18 de marzo de 2013

IHLLA y MAGyP coordinan medición de riesgo de exceso y déficit hídrico

IHLLA y MAGyP coordinan medición de riesgo de exceso y déficit hídrico

El Instituto de Hidrología de las Llanuras (IHLLA) -dependiente de la Municipalidad de Azul, la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), y la Universidad Nacional del Centro- coordinará mediciones de humedad en suelo pampeano, en cooperación con la Oficina de Riesgo del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación.

Los datos que surjan de esas mediciones serán incorporadas al mapeo del sistema de alertas tempranas que la mencionada oficina publica en su sitio web y que utilizan los profesionales que requieren de esa información.

La CIC confirmó hace días el otorgamiento de un subsidio para el proyecto y los especialistas de los organismos que intervienen se reunieron recientemente en el campus Tandil, encabezados por Raúl Rivas, director del proyecto.

Integran el equipo, en representación del IHLLA Mauro Holzman, Martín Bayala, Dora Ocampo, y Facundo Carmona. En tanto que por la Oficina de Riesgo del MAGyP lo hacen Federico Claus, Silvana Boragno, y Oscar Martínez.

La Oficina de Riesgo del MAGyP, en su sitio oficial, asevera al respecto que lo adecuado es analizar la probabilidad de sequía para cada cultivo en particular, ya que los requerimientos hídricos de los mismos son diferentes.

Lo mismo sucede con los excesos acumulados en un periodo, que no se pueden relacionar directamente con el concepto de “lluvia excesiva”, ya que dependen del mayor o menor consumo de la cobertura vegetal, la capacidad del suelo de incorporar agua, etc.

Es por esto que se ha optado por considerar la variable derivada “reserva o almacenaje de agua en el suelo”, en lugar de la variable básica “precipitación” en la evaluación de riesgo de sequía o excesos. Para esto es necesario contar con una estimación de la reserva.

En resumen, la metodología alternativa se basa en la ponderación del impacto de las variables meteorológicas en cada cultivo en particular. Este tratamiento involucra un importante valor agregado al considerar el sistema completo: la atmósfera, el suelo y el cultivo. También representa un trabajo considerablemente mayor, que estimamos ampliamente justificado para arribar a resultados ajustados a la realidad de los cultivos.