Martes 19 de junio de 2012

Jubilados de la Unicen dispuestos a formar un centro que los agrupe

Jubilados de la Unicen dispuestos a formar un centro que los agrupe

En realidad la buena nueva no es sino una confirmación más de lo que sucede en la sociedad con la cuestión etaria, estirada como es sabido unos cuantos años hacia arriba. Pero en este caso luce un rasgo muy saludable desde que corresponde a algo que surge de nuestra Universidad, que ya se ha ganado, con creces, esa consideración sentimental ciudadana que sólo inspiran las entidades con firme sentido de pertenencia.

Sucede que personal universitario no docente que acaba de dejar sus claustros para alistarse en calidad de jubilado, acaba de decidir la constitución de un Centro de Jubilados y Pensionados que aglutine sus inquietudes.

Está dispuesto, eso sí, a no dejar que sus costumbres se aburguesen, amén de aunar criterios y esfuerzos con visos reales de nueva entidad hacia cometidos que continúen aportando iniciativas útiles en todo sentido para la comunidad que les ha permitido trabajar durante largos años.

Huber Arislur, uno de los pioneros de la inquietud hacedora, junto a Francisco Serrano, Daniel Eduardo Pérez, Víctor Milani y María Delia Ayciriex y otros, iniciaron la linda tarea de reclutar gente mayor de 60 años en las mujeres y de 65 en los varones o cercana a esas edades, tanto administrativa como docente, decidida a formar parte de un todo que justifique, en número, el nacimiento de una institución específica.

Logrado el número necesario se verificarán, pronto, los primeros contactos plurales que permitan no sólo dar vida al Centro sino también presentarlo a las autoridades de la Unicen y tramitar su personería jurídica.

En eso están, entusiasmados. Dispuestos a no quedarse de brazos cruzados sintiéndose “viejos”, porque entienden que es mucho lo que pueden entregar de positivo, tras décadas de trabajo, tanto a la casa de altos estudios como a la sociedad tandilense y regional.

ANECDÓTICO ANTECEDENTE

Quizá valga entonces citar una anécdota que caracterizara la personalidad del fundador de los estudios universitarios en Tandil y la zona, punto de partida de nuestra Universidad, maestro Osvaldo Marcelino Zarini.

Siendo rector y cuando contaba con 47 años de edad, una noche había sido invitado por estudiantes a divertirse en Grisby, emblemática confitería bailable del Tandil de los años `60. No sólo concurrió sino que, facilitada una guitarra, tocó y cantó con la muchachada hasta el amanecer.

Al día siguiente, un amigo le cuestionó al cruzarlo en la calle: -- Che, Osvaldo, ¿no te parece que ya estás un poco viejo para andar parrandeando con la juventud en Grisby? A lo que Zarini respondió, con firmeza: --- “Viejo es sólo aquel que al ver una injusticia no se detiene a tratar de repararla. Nada más”.

Vaya si tuvo razón. Acierto que bien vale la pena tenerlo a mano y pensar que esta iniciativa pro Centro no es otra cosa que una suerte de homenaje a la simiente zariniana.