Miércoles 9 de septiembre de 2009

La Universidad fue al barrio tandilense Las Tunitas a capacitar y terminó aprendiendo

La Universidad fue al barrio tandilense Las Tunitas a capacitar y terminó aprendiendo

Según expresiones vertidas en cita de graduación llegó para quedarse a través de un ambicioso proyecto académico cuyo lanzamiento sería el año próximo. Grato encuentro en el esforzado Comedor de Cacha, hoy centro de día de un centenar de chicos.

Calle De los Granaderos 267, corazón de Las Tunitas, primeros minutos de la noche del viernes último. A media cuadra de la imponente fachada del Centro Comunitario, las siluetas de la convocatoria se recortaban entre la tierra levantada por camionetas viejas y cansadas de gente que retornaba a casa tras la larga jornada laboral. Es que iba a pasar algo muy importante en el Comedor de Cacha y había que estar.
Bien arriba de la loma, cual centro de uno de los nidos de pobreza que el lentísimo progreso al sur no alcanza a disimular, en la parte de atrás del hogar humilde de las hermanas Cela el comedor lucía el esplendor que podía. Adornos sobre la biblioteca, orden por todos lados, dibujos y retratos en las paredes, piso de baldosones que brillan, mesas, sillas, cocina dominante, dueñas de casa, jóvenes ansiosos e invitados ocasionales mostrando el porqué de tanta expectativa barrial: venía gente de la Universidad.


El curso esperanzado


Lugareños y foráneos suspendieron sus amenos diálogos para formalizar el acto previsto dentro de un silencio sólo interrumpido por chiquitos que, claro, no podían quedar solitos en casa.
"El curso de Mozos y Camareras tuvo buena concurrencia y da buenas posibilidades de trabajo. Nos parece muy importante que en esta oportunidad, aparte de haberlo hecho con el sindicato Unión de Trabajadores Gastronómicos de la República Argentina, contara también con el apoyo de la Universidad del Centro que ahora les dará las certificaciones correspondientes a los chicos que lo cursaron".
"Nosotros pusimos nuestro espacio – siguió diciendo Mirta Piqueras, integrante de la entidad barrial De Corazón Tandilense -- y las ganas de que ustedes tengan una herramienta de trabajo. Este es un hecho que tienen que valorar mucho porque es muy importante para conseguir un trabajo la capacitación recibida con la certificación apropiada", añadió al abrir los discursos con referencia a la juventud capacitada.


Extensiones áulicas


La secretaria académica general de la Unicen, Mabel Pacheco, titular de la comitiva concurrente, recordó "el inicio de la gestión para esto ni bien asumimos en diciembre último junto al rector, Roberto Tassara, quien no pudo concurrir hoy por encontrarse todavía en una larga reunión de trabajo".
"Nuestra Universidad tiene de esta manera una presencia pública porque se nutre de los esfuerzos de todos, teniendo también la obligación a través de sus claustros de traer este tipo de certificaciones que avalan la capacitación recibida de los recursos humanos del gremio gastronómico".
"Dije en febrero, cuando empezó, que esto era una extensión áulica, porque la Universidad nació en Tandil y la región del esfuerzo del interés y las tasas particulares de mucha gente. Partió de la convicción y compromiso social de todos, igual que este curso".
Luego de memorar la inquietud comunitaria del ex rector, doctor Auza, expresó entender "que debía hacerme cargo de aquellas palabras pronunciadas. Y aquí estamos para concretarlas a través de un borrador preliminar de lo que va a ser un convenio".
"Lo firmarán proximamente – adelantó -- la asociación civil De Corazón Tandilense, a través de Stella Maris Cela, fundadora del Comedor de Cacha donde se dictaron las clases, y el rector Tassara durante un acto especial acá o en su despacho".
"A su vez – añadió – estamos construyendo lo que se llamará extensiones áulicas", haciendo un paralelo con la actividad que cumplen la Universidad Barrial en Villa Aguirre, la que se desarrolla en María Ignacia (Vela) y puede hacerse en la extensión Quequén y en otros lugares según lo contempla el proyecto en el que estamos trabajando, que ojalá podamos lanzarlo en 2010".


Orientación familiar


"En este mismo lugar – precisó Pacheco – estamos proyectando a través de un equipo técnico el funcionamiento de un centro de Orientación Familiar, subvencionado por la Dirección General de Escuelas de la Provincia, para que alrededor de esta capacitación calificada con salida laboral que hoy certificamos puedan también quienes lo necesiten cumplimentar los estudios primarios y de secundaria básica, con un perfil pedagógico distinto y de tutorías".
"Sabemos que para ingresar y desempeñarse en el campo laboral es fundamental acreditar saberes", dijo la Secretaria para completar opinando que "estos ejemplos de dirigencia social que de ustedes recibimos significan con sus experiencias de vida también un aprendizaje de compromiso cívico y solidario para todos nosotros, sobre todo para nuestros estudiantes que se están formando como ciudadanos".


Más expresiones


Siguió en las palabras formales Stella Maris Cela, la dueña de casa. "Soy de hablar mucho, pero no con palabras como las de Mabel, pero quiero decir que me siento orgullosa hoy, después de nueve años de haber comenzado esto, al ver lo que se ha logrado con el esfuerzo de todos, pudiendo hacer algo con la gente de la Universidad".
Por su parte el reconocido dirigente Roberto Cabral, conductor de la Universidad Barrial, ponderó la gestión Tassara y rememoró lo hecho allí mismo el año pasado, con el programa Barriadas, cuando se acercaron a "enseñar cómo se hacía el pan para la merienda que éste Comedor sirve".
"Es valedero decir que mejor que prometer es realizar, y en esto estamos. Estamos convencidos, desde la Barrial, que debemos preparar en oficios no formales, apostando a la producción en Tandil, en éste caso mediante el Turismo que seguro necesitará de mozos y camareras".
La expectante formalidad la cerró el secretario de UTGRA, Aníbal Amud, quien entre otros conceptos destacó la labor del profesor del curso, César Abraham, y anunció la realización de gestiones ante dueños de restaurantes para propiciar la inclusión laboral de los graduados.


Los egresados


Uno por uno, con la satisfacción plena en sus rostros juveniles, desfilaron para recibir las respectivas certificaciones universitarias de la capacitación incorporada los flamantes mozos y camareras:
Benítez, Teresa Clatilde; Peralta, Andrea Soledad; Cejas, Pamela Mabel; Maineri, Noelia Susana; Maineri, Juan Matías; Algañaraz, Víctor Agustín; Dicósimo, Claudia Viviana; Ramos, Mariano Alejandro; Sequeiro, Ana; Reynoso Gutiérrez, Roxana Nélida; Dassani, Marcos Daniel; Falconnat Sagrera, Florencia Gemina y Cotez Rodríguez, Nedia Yanet.


La esperanza bajo el brazo


Las atenciones a los concurrentes pasaron a gaseosas, charlas distendidas y adioses. Luego, de a poco las siluetas de la convocatoria fueron ganando la calle, ya sin tierra levantada, desandando el camino de vuelta a casa.
En trece de ellas la luna llena plateaba el certificado blandiendo bajo el brazo como un recurso genuino que llevaba, al hogar, la esperanza de conseguir un trabajo digno.
En otras, las universitarias, la seguridad de estar cumpliendo una noble devolución de respaldos y de que, sobre la faz del pago que se comparte, también de la pobreza surgen clases magistrales de esfuerzo y solidaridad.

"Cacha"


La dueña de casa y titular del Comedor, Stella Maris Cela, reveló el origen del cariñoso sobrenombre. "Es que mi papá, desde muy chica, me puso "Cachabacha", aquella bruja de la historiera "Hijitus" ¿se acuerda? Después me quedó Cacha nomás".
No cabía en sí misma de contenta. "Sí, mi hermana Liliana me ayuda un montón, trabaja a la par mía en esta parte de atrás de nuestra casa. Desde que esto nació, en la crisis de 2001, hacemos las cosas con mucho amor porque estamos convencidas de que para salir adelante hay que ayudar mucho".
El Comedor, sede hoy también de la asociación De Corazón Tandilense, ha adquirido el rango de centro de día de chicos de 6 a 18 años. Funciona de las 8 de la mañana hasta la noche. "Los chicos vienen, desayunan, se quedan a los diferentes talleres, almuerzan y se van a la escuela. Después vienen lo que van a la escuela de mañana, almuerzan, se quedan a las actividades que haya y, a la tarde, reciben la merienda reforzada los dos grupos".
"De lunes a viernes desfilan todos los días unos cien chicos; los padres no comen acá, salvo algunos casos puntuales. Antes, cuando sólo era Comedor, venían madres y mujeres desempleadas con sus chiquitos", completó la activa secretaria de la Asociación que se pasa allí todo el día.
Antes de retirarnos Cacha se acercó, contenta, a darnos la lista de colaboradoras directas que le pidiéramos. Son Lucrecia Orajovac, Mariana Maldonado, Laura Martín, Guillermina Martínez y Graciela Ledesma. Ellas y otras personas ponen, igual que nosotras, todo el amor en lo que hacen", dijo Cacha, exultante de orgullo.