Lunes 30 de noviembre de 2009

Orientación vocacional, arma clave para la lucha contra la deserción estudiantil

Orientación vocacional, arma clave para la lucha contra la deserción estudiantil

Opina Jorge Steiman, director nacional de Gestión Universitaria, que también en el primer año debe trabajarse en la seguridad vocacional. Nuevo sistema para transparentar las relaciones de la DNGU con las universidades. Elogios para la Unicen.


Un taller interactivo a su cargo puso en marcha el pasado viernes en el Centro Cultural de la Unicen la segunda jornada anual de trabajo – esta vez descentralizada -- de la Dirección Nacional de Gestión Universitaria, como es sabido dirigida a colaborar con la profundización y el debate de planes de estudio correspondientes a títulos universitarios, tema que por vez primera reunió en Tandil a funcionarios de las secretarías Académicas de universidades estatales y privadas invitadas.
Es que Jorge Luis Steiman, ejecutor de dicho taller, es director de tal DNGU, rama de la secretaría de Políticas Universitarias de la cartera nacional de Educación, y en su torno y el de un equipo de colaboradores giró toda la actividad intensa de ese día propiciada por la secretaría Académica de la Unicen que dirige la profesora Mabel Pacheco.
“Vinimos, ante todo, porque nos invitó la gente de la Universidad del Centro cuando empezamos a hacer algunos encuentros con secretarios académicos. Nos pareció fantástico que nos hubiera ofrecido su casa para no concentrar las reuniones en Buenos Aires. Así podemos conocernos y conocer la casa de cada uno”, estimó el funcionario de 54 años de edad, nieto de alemanes y oriundo del sur del Gran Buenos Aires.
“El parate de la Gripe A afectó mucho nuestra actividad, por eso es que la estamos haciendo ahora, un tramo poco propicio del año para hablar de estas cosas, pero igual debemos hacerlo para no postergar las citas a marzo venidero”.

EL MINISTERIO “NO ES UNA CAJA NEGRA”

Frente a un auditorio formado por secretarios y personal técnico de la mayoría de las universidades convocadas y luego de mostrar las principales líneas de gestión condensadas en el SIPEs, sistema informático de planes de estudio, “se quiere transparentar las relaciones, ya que muchos académicos hablan del Ministerio como si lo hicieran de una caja negra de la que nada se sabe qué hacen con nuestras cosas”.
“De modo que queremos mostrar cuáles son los procedimientos de valuación curricular que llevamos adelante con las propuestas que nos hacen llegar las universidades en cuánto a planes de estudio; qué criterios usamos y porqué decidimos lo que decidimos”.

BASE DE DATOS INEDITA

También sirvió el plenario para “presentar el programa informático SIPEs que implementaremos a partir de marzo próximo. Se trata de una carga de datos relacionada con planes de estudio, para contar así con un aplicativo on line donde las universidades que programen nuevos planes de estudio, o cambios en los existentes, tendrán que subir allí los programas con carreras nuevas quedando en un servidor centralizado como base de datos”.
De esta forma “todas las universidades tendrán de alguna manera una base de datos compartida con el Ministerio en el área académica. Es importante porque será inédita, y cuando las universidades cambian de gestión estará disponible toda esa información que hasta ahora se debe alcanzar con métodos arqueológicos de papelerío”.
“Además, se verán los criterios que usa la DNGU para evaluar las propuestas de las carreras que hacen las universidades. El nuevo sistema hará todo más rápido, más transparente y ciertamente más seguro. En definitiva, todo esto servirá también para intercambiar la visión que las universidades tienen de la Dirección que conduzco”, calificó Steiman.

LA DESERCIÓN, ETERNO ENEMIGO

No escapó el Director a una consulta sobre el implacable enemigo del servicio educacional que representa el cierre del libro que los estudiantes, por diferentes motivos, practican cuando inician una carrera, máxime en tiempos de crisis.
“Sí, la deserción es preocupante. Sin embargo, la crisis actual no refleja un aumento del índice. En general se mantiene constante y alto por razones varias. Creo que las causales no hay que atribuirlas sencillamente sólo a lo social, económico o político, ya que algunas cuestiones tienen que ver con las responsabilidades que tenemos que asumir las propias universidades”.
“A veces los ingresantes están perdidos en una suerte de selva en la que no saben cómo moverse ni cuáles son las reglas de juego. El que viene de una escuela secundaria y se encuentra con el sistema universitario y su lógica distinta se siente perdido”.
A su vez, según Steiman otro de los factores que influye en la deserción es la “no consistencia de la decisión personal en la vocación. A veces los estudiantes eligen la carrera, se anotan y empiezan a cursar sin haber tenido, de parte del sistema universitario, alguna orientación referida a si su decisión ha sido acertada, o no”.
“Este es un viejísimo problema nunca bien atacado. Por lo general, se pone a disposición un departamento de Orientación Vocacional al cual acude el estudiante desorientado antes de la inscripción y nada más. Creo que el primer año de la cursada todavía es un tramo de decisiones, ya que la elección de una carrera viene cargada de cuestiones hasta devenidas del subconsciente, como identificaciones con la infancia, la familia y el mercado laboral”.
“Opino que el primer año debería ser un período de mayor acción de las universidades en torno a la orientación de los estudiantes nuevos. He visto que se está avanzando en esa línea, desde que hay muchas universidades con programas de tutorías puestos en marcha. Una buena idea que quizá no sea suficiente pero ayude a mermar algunos índices de deserción”.
Por otra parte, la oferta docente viene mejorando. “Cada vez tenemos un número mayor de docentes en relación con la cantidad de alumnos. Vamos creciendo; también en la diversificación de carreras para responder a campos profesionales y áreas de la cultura nuevos”.

CALIDEZ HUMANA Y PROLIJIDAD

“A la Unicen la conocía de pasada nomás, nunca había estado adentro”, reveló Steiman, que lleva dos años en su función, nueve de experiencia en la gestión académica de la universidad pública y desde el ¨85 en el trámite universitario.
“Me parece que cada universidad tiene que trazar su propio horizonte. En mis dos años de gestión en la DNGU he visto en la gente de Unicen una calidez humana que tengo que destacar, algo nada común en las 106 universidades de nuestro sistema”.
“Es muy prolija en su relación con la Dirección; hace las cosas bien, con seriedad académica. Nos consulta siempre antes de tomar decisiones, una rasgo que es muy importante para nosotros, porque muchas veces una universidad arma una carrera, la aprueba en su propio Consejo Superior, nos la manda y le tenemos que marcar errores que no nos permiten aprobar títulos”.
“Siempre pedimos que el vínculo con la Dirección lo hagan antes de tomar decisiones de aprobación de carreras, sin atender las cuestiones de las normativas duras que hay que conocer. De lo contrario representa un desgaste e inútil pérdida de tiempo”.
“Por suerte acá, en Tandil, se está haciendo un trabajo muy serio”.