Jueves 10 de julio de 2014

Prevención de la triquinellosis

Prevención de la triquinellosis

La prevención de la triquinellosis, su diagnóstico y el seguimiento de focos y brotes de la enfermedad fue debatido por referentes de organismos públicos municipales, provinciales y nacionales, e integrantes del sector privado, académico y productores, el pasado 4 de julio pasado en Tandil, convocados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

Se trató del sexto encuentro que realizó el Centro Regional Buenos Aires Sur del Senasa en el que participaron representantes de las áreas de Bromatología, Producción, Salud y Ambiente de los partidos de Azul, Mar Chiquita, Olavarría, Tandil y Tapalqué, así como también, académicos de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN) y funcionarios de Zoonosis Rurales del Ministerio de Salud y de la Dirección de Ganadería del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires.

Durante la jornada, el punto clave y común en prácticamente todos los municipios participantes, fue la proliferación de cerdos salvajes y jabalíes, cuyo número se registra en aumento así como su aproximación a zonas rurales, generando en ocasiones un mestizaje con animales de crianza. A esta proximidad se le suma que, en ocasiones, estos animales silvestres son utilizados en procesos de elaboración de chacinados, en muchos casos sin los controles sanitarios correspondientes.

Jorge Bolpe a cargo de la Dirección de Zoonosis Rurales del Ministerio de Salud de Buenos Aires, refirió que, según criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay una sola salud, que involucra al ser humano, a los animales y al ambiente, dejando claro que combatir la triquinellosis requiere del esfuerzo mancomunado.

Por su parte los funcionarios del Ministerio provincial presentaron los registros de casos de triquinellosis en humanos por consumo de embutidos, los que en el 100 por ciento de los casos habían sido resultado de faenas y elaboración doméstica, sin los correspondientes análisis protocolizados establecidos para verificar la presencia de las larvas causantes de la enfermedad, en el animal que va a ser faenado.

Asimismo, todos los registros expuestos por los profesionales del Senasa de cada una de las localidades, coinciden en la aparición de focos de triquinosis en cerdos criados en zonas periurbanas y en condiciones de sanidad deficientes. También inciden en la dificultad para combatir la enfermedad, la existencia de basurales a cielo abierto con presencia de roedores y la falta de normativas claras por parte de los municipios para proceder a la erradicación de criaderos en zonas urbanizadas.

Tanto el Senasa como el Ministerio bonaerense, insistieron en la importancia del registro de los productores, la identificación de los animales, sus traslados e ingresos a faenas, y la adopción de buenas prácticas de manufacturas en frigoríficos y plantas habilitadas, como garantía de trazabilidad de los productos de origen porcino.

Solo una producción, una industria y una comercialización registradas y operando dentro de los circuitos formales, con productos correctamente identificados desde su origen, aseguran al consumidor un producto inocuo.

A su vez, el cuidado del ambiente, la salud y los hábitos socioculturales tanto de productores como consumidores, contribuyen también a minimizar los riesgos de que, tanto animales como humanos, contraigan la enfermedad.

La jornada de debate, contó con la presencia de más de sesenta asistentes entre los que además se encontraban productores, cooperativas, industriales frigoríficos, empresas y profesionales privados, representantes de Gendarmería Nacional, escuelas e institutos de enseñanza agropecuaria, representantes del Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires, profesionales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de la Secretaria de Agricultura Familiar de la Nación.