Martes 6 de julio de 2010

Reflexiones por el Día Nacional de la Conservación del Suelo

Reflexiones por el Día Nacional de la Conservación del Suelo

Desde el año 1963, cada 7 de julio, se conmemora en nuestro país el "Día Nacional de la Conservación del suelo". Esta fecha fue establecida por el Poder Ejecutivo Nacional mediante el Decreto Nº 1574. La jornada recuerda el fallecimiento del conservacionista doctor Hugh Hammond Bennet.

Bennet fue un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.

El geógrafo Dokuchaev, ya en el año 1870, asignaba al suelo la condición de cuerpo natural, provisto de una morfología particular y resultante de la interacción de un conjunto de factores responsables de su dinámica y evolución. El suelo es un sistema dinámico y complejo.

El conocimiento de los suelos, de sus características y propiedades, así como de sus potencialidades y limitaciones es fundamental para poder emitir juicios sobre el uso y manejo de la tierra.

En países como la República Argentina, cuya actividad se basa en gran medida en la producción agropecuaria, dicho conocimiento se torna vital, sobre todo, ante la perspectiva de exigencias tecnológicas crecientes que requieren una utilización más eficiente de los recursos involucrados, sean estos económicos, humanos, técnicos o naturales con vista a aumentar la producción, mejorar la calidad de los productos y preservar las condiciones ambientales.

La degradación del suelo es la consecuencia inevitable de un manejo inadecuado. Un suelo degradado pierde parcial o totalmente su capacidad de cumplir con su función esencial, la de constituir el sustrato para la vida. Tal como lo plantea el Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable, el problema de la erosión existe y no puede ser negado; las alternativas no son muchas: o se deja que nuestros suelos vayan perdiendo gradualmente su capacidad de producir, o se decide conservarlos para asegurar la subsistencia de las generaciones futuras. Y es en esa segunda opción donde se deben enfocar los esfuerzos de todos los que de una u otra forma nos relacionamos con el suelo. En ese sentido se ha emprendido la tarea de alcanzar una Ley Nacional de Presupuestos mínimos para la conservación del suelo.

La región centro sudeste de la provincia de Buenos Aires posee suelos (argiudoles típicos) de excelente aptitud agrícola, los mismos conforman el gran patrimonio natural y agroecológico de la región. En ese sentido, cabe mencionar que la conservación de la calidad de los recursos naturales (suelos, flora, fauna, agua, etc.) conforma las bases físicas y ecológicas de sustentación del desarrollo social y económico de una región o un país.

Para finalizar, qué mejor que repasar las palabras de Daniel Hillel, donde nos presenta una de las visiones de la importancia del suelo para el hombre: “En la Biblia hebrea el nombre asignado al primer hombre fue Adam, que deriva de “adama”, que significa suelo. El nombre simbólico otorgado a la primera compañera fue Hava (traducido Eva), que significa “sustento, vida” o “madre de la vida”. Juntos, por lo tanto, Adán y Eva significaba literalmente "Tierra y Vida". La misma poderosa metáfora se refleja en el nombre latino de la especie humana “Homo”, derivado de humus, el material del suelo. Por lo tanto, el adjetivo "humano", también sugiere "de la tierra”.

Autoras: Mag. Mariana V. Nuñez y Lic. Ma. Carolina Verellen
Asociación Civil de Licenciados en Diagnóstico y Gestión Ambiental (ACLDGA)
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