Santiago Vidal, el ingeniero de mejor promedio del país: "Apostando al país saldremos adelante"
Formado en el ISISTAN del Campus de la UNICEN, recibirá el 27 de noviembre en la Capital Federal la distinción de manos de la Academia Nacional de Ingeniería.
25 años, ojos vivaces, mirada inteligente, flequillo adrede, sonrisa fácil y franca. No podía fallar esta suerte de semblanza en quien, como Santiago Agustín Vidal, acaba de ser considerado por la Academia Nacional de Ingeniería el mejor egresado de esa carrera de todas las universidades del país.
Cada casa de altos estudios envía al concurso anual una terna de candidatos graduados en distintas especialidades. Así lo hizo la Universidad Nacional del Centro este año, proponiendo a Santiago, ingeniero de sistemas, junto a otros dos jóvenes que cursaron otras ingenierías en la unidad académica de Olavarría.
Al discernir el prestigioso Jurado académico se encontró con que los items tenidos en cuenta, llámense tiempo de carrera, carencia de aplazos y promedio general, sobresalían del resto en el caso de Santiago: 5 años y medio, nunca un aplazo y 8,83 de puntuación, cifras que resultaron insuperables.
DE BALCARCE A TANDIL
Discreto, poco dispuesto a hablar de sí mismo, contó en la Biblioteca del pabellón del Instituto de Sistemas Tandil que funciona en el Campus -- segundo hogar donde estudió y sigue preparándose pensando en el futuro – su origen balcarceño.
"Mis padres son allí profesores de Educación Física y tengo dos hermanos: Sebastián, de 22 años, estudiante de Ciencias Económicas, y Cecilia, de 21, estudiante de Psicopedagogía en el ex Iser. Sí, ambos también en Tandil".
"¿Por qué vine a la Unicen y no a otra universidad? Me atrajo la buena fama que tiene acá Ingeniería de Sistemas frente a otras casas de estudios".
Hoy, además de trabajar intensamente como miembro del Isistan, Santiago es becario de entrenamiento de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC) y becario para Doctorado del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnologías (Conicet).
"Es "mi" becario", terció sonriente ante su confesión posesiva la doctora en Ciencias de la Computación Claudia Marcos, sin ocultar el orgullo íntimo por su protagonismo en la guía que ejercita colaborando con el juvenil talento premiado.
"Le dirigí el trabajo final de la carrera y ahora va rumbo a la tesis de postgrado", reveló Claudia. "En la actualidad el Isistan cuenta con 150 alumnos y en lo que va de este año sumó 4 becarios del Conicet", subrayó, para añadir "creo que nos está dando buenos resultados en cuanto a la calidad estudiantil la promoción de ingreso que venimos haciendo en las escuelas secundarias, porque las vocaciones que observamos están bien definidas y enraizadas".
DEVOLUCION DE ESFUERZOS
Siempre con la sonrisa a flor de labios Santiago agradeció en la charla no haber tenido que trabajar para pagarse los estudios. "Tuve la suerte de que mis padres me bancaran, lo que me dio todo el tiempo necesario para estudiar y recibirme rápido. Recién en cuarto año trabajé en ayudantías rentadas, acá, en el Isistan, para tener mis primeros pesos propios".
"Mi horizonte, una vez conseguido el doctorado, es quedarme a investigar en el Isistan para llegar a tener mis propio becarios", anticipó del camino propuesto para llegar al nivel de Claudia, su guía, y por qué no al del doctor Marcelo Campo, director del Instituto, dos modelos de trabajo a seguir según el joven de los pagos de Fangio.
HORIZONTE DEFINIDO
La charla esparció sus límites y, por supuesto, apuntó al devenir nacional. "¿Qué haría para que nuestra patria salga adelante? Por mi parte estoy dispuesto a trabajar duro y a creer, apostando fuerte al país".
"Es que mi formación ha sido y será pública también en adelante, de manera que tengo que devolverle a la sociedad el esfuerzo que me dispensó para poder estudiar y continuar creciendo y desarrollándome".
CITA CON LA ACADEMIA
A la hora 18 del 27 de noviembre venidero Santiago estará en el auditórium porteño de la Academia Nacional de Ingeniería, calle Las Heras 3097, recibiendo la premiación obtenida.
A su lado estarán su inseparable guía Claudia, tal vez el decano de la facultad de Ciencias Exactas, doctor Manuel Aguirre Téllez, y miembros de su familia.
Desde aquí, el Isistan y la comunidad toda de la Unicen paladearán entonces mejor aún la laureada felicidad de haber dado un paso satisfactorio más rumbo a un destino de grandeza.