Reflexiones en torno al VII Coloquio de Derecho Internacional Humanitario y Derecho Internacional Penal
Por séptima vez consecutiva y como se viene llevando a cabo desde el año 2009, se celebró a fines de noviembre una nueva edición de este coloquio, el cual año tras año cuenta con más participantes.
A modo de reflexión personal y teniendo en cuenta que he tenido la suerte de asistir a todas las ediciones del mismo, y espero poder seguir haciéndolo en el futuro, es importante destacar el buen clima que impera durante las jornadas de trabajo, no sólo en el plano académico sino también en la camaradería que se vive en cada día de coloquio, en cada pausa para tomar un café o en cada cena en común propuesta por los organizadores.
Adentrándonos en el plano estrictamente intelectual, el coloquio ofrece una gran oportunidad de aprender y compartir conocimientos con otros colegas o alumnos interesados en la propuesta, lo que nos conduce a recordar, tal cual se afirmara en alguna edición anterior, que “del coloquio todos nos llevamos algo que otro comentó y otro se lleva algo que nosotros comentamos”. En síntesis, el intercambio de ideas, visiones, debates y razonamientos en torno al Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional Penal es muy vasto e intenso, pues luego de cada panel, formado por tres o cuatros expositores prolijamente ordenados en base al tema a tratar, se abre una ronda de preguntas y reflexiones que aumentan la labor académica, constituyendo asimismo un “ida y vuelta” en la discusión jurídica que posibilita abordar un tópico idéntico desde distintos enfoques.
En esta oportunidad, el coloquio se vio enriquecido por temáticas en relación al Derecho Humanitario pero desde la óptica de otras disciplinas afines y complementarias, como lo son los Derechos Humanos o las Ciencias Políticas, entre otras y contó por igual con la participación de personas del ámbito jurídico tanto como el de las Ciencias Sociales. Esta ampliación de criterios, ayuda a poder ver con mayor claridad la interrelación de las Ciencias Humanas y la dimensión en común que muchas de ellas poseen. En el mismo orden de cosas, no solamente intervinieron participantes de la República Argentina, sino de otros países como Méjico
Con respecto a los temas tratados a lo largo de este VII coloquio, los mismos fueron muy diversos y dicha variedad se vio reflejada en la cantidad y calidad de las ponencias, pero también, y como ya dijéramos, en la visión personal y propia de cada ponente, lo que lleva de forma inevitable al intercambio de ideas.
Desde el Mundo Antiguo y las relaciones humanitarias allí existentes, hasta la informática como moderna arma de guerra, pasando por fragmentos de la Historia Argentina donde se registran aplicaciones del Derecho Humanitario y sentencias de tribunales internacionales en funcionamiento, las cuestiones expuestas en el VII coloquio han permitido una interrelación muy fructífera entre sus participantes, interrelación que de seguro, se verá consolidada el año próximo con la publicación de las actas del mencionado acontecimiento, más allá de palpitar ya la próxima edición.
Teniendo en cuenta todo lo dicho, podemos afirmar que iniciativas como este coloquio, deben ser mantenidas y perdurar en el tiempo por cuanto a quienes ejercemos la docencia del Derecho, nos resulta una ocasión más que óptima para aprender, estudiar y reflexionar sobre la disciplina a la que nos dedicamos, sin perjuicio claro está, de pasar unos días muy agradables en la ciudad de Azul.
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